24 ago de 2008

Descubrimientos

Mi descontento general provocó que tomara, lo que hoy creo fue, mi mejor decisión en lo que va del año. Es así que agarre mi mochila, la llene de chompas, un par de poleras, jeans, medias, otro par de zapatos, más abrigo, dinero… lo estrictamente necesario, medicamentos, un par de libros, una libreta y dos lapiceros, uno azul y otro negro, un candado dorado y mi inseparable; “Sr. Osito rosado sin nombre”.


Es increíble, o al menos en mi caso, lo que pude llegar a resolver en mi viaje. Después del último abrazo que recibí en Santa Cruz.

El viaje duro 14 horas hasta llegar a mi primer destino, pensé tanto y resolví tantas cosas sueltas, que solo logre dormir un par de horas. Charle con algunos pasajeros, algunos me tenían al tanto del costo de algunas cosas al llegar a mi destino, una persona en particular me hablaba de su trabajo, familia y demás cotidianidades.

Mientras tanto, en la flota, entro un vendedor de artesanías, anillos, collares y demás tonteras. El nos acompaño ofreciendo sus productos, mi compañero de asiento me mostraba que cosas “me podían quedar”, yo con mi usual comportamiento, sencillamente sonreía y decía: “Gracias pero no. No compro cosas que luego no usaré”

Sus amigos que estaban sentados en los asientos de adelante, le molestaron tanto que cuando acorde tenía frente a mí muchos anillos de acero con diferentes diseños, fue entonces que me fije en uno, que me quedaba muy grande para el dedo anular pero que sin embargo me quedo perfecto en el dedo pulgar, pregunte el precio para comprarlo pero no me dejaron pagarlo… ni los amigos de el, ni mucho menos el.

Es así que llegue a destino con un regalo perfecto por partida doble; un regalo perfecto… de un perfecto extraño.

En las paradas trate de hablar más, de conocer el lugar que nos tocaba para cenar, antes de emprender el viaje, mientras la noche se hacia más oscura y las estrellas estaban más cerca; mientras la luna iluminaba fuertemente el camino, seguía pensando en las decisiones que había tomado y en las que me faltaba tomar.

Decidí por ejemplo; con quien quiero estar, que filosofía de vida adoptar, decidí que mi lugar perfecto es en donde yo esté y que en 6 meses dejare de estar en estos lares para seguir mi camino como ciudadana del mundo. Entendí que los amigos que tengo ahora son los que recordare toda la vida, comprendí al llegar a mi primer destino que sufro de “Mamitis aguda”, afronte mi miedo de estar sin mi cable a tierra.

Sobreviví en mi primer parada, llegue a la ciudad blanca, maravillosa, donde el cielo es más azul, las calles son más estrechas, viví prácticamente 8 horas de ese primer día sin decir una sola palabra a nadie hasta que llego mi amiga A en horas de la tarde junto con sus amigos.


Después de terminar lo que tenía que hacer en Sucre, me di paso a la aventura. Había más por conocer y que aprovechar, ya que estaba cerca de dos lugares que quería conocer desde hace mucho.

Partimos a las 5 am con destino a Potosí, la villa imperial. Conocer lo que en su momento fue el epicentro del mundo me pareció una de las experiencias más maravillosas de mi vida, las calles, los balcones, sus museos, la casa de la moneda, el mirador, etc… aunque nuestra estadía era por poco tiempo, nos dio para conocer un poco de la ciudad… otra ciudad que a mi modo de ver vivía de su pasado.


Al medio día tomamos el bus directo a Uyuni, llegando cerca de las 6 de la tarde al lugar citado, nos espero un frío terrible, una especie de fiesta callejera, algunos con trajes típicos otros no.

Dejamos el equipaje en la agencia donde pagamos el tours de un día para conocer el Salar, el majestuoso Salar de Uyuni. Hicimos la reservación en el famoso Hotel de Sal y cenamos.

El camino hacia el salar fue terrible, una mezcla de miedo dada la hora en que estábamos yendo, lo solitario del camino y mi histérica manera de ver la vida pensando que todo el mundo podría asaltarnos en vista de que íbamos en calidad de turistas… nada de lo temido sucedió.

Llegamos al hotel de sal, que en medio de la noche estaba ubicado perfectamente en medio de la nada… esa nada blanca que atemoriza a cualquiera, con la única luminaria natural… la luna llena.

Una vez ahí, me sentí/nos sentimos seguros… esas cuatro paredes, aunque frías nos brindaron seguridad, una calefacción bastante rústica nos brindo medianamente el calor necesitado, la amabilidad de Angela, la cholita quien custodiaba el Hotel, fue gratificante. Ella nos comentó que estaba sola esa noche junto con “su tunita”… su nieta quien para entonces se encontraba durmiendo. Nos brindo dos habitaciones… de tres camas cada una, como éramos seis entrábamos justos y aunque yo prefería que durmiésemos los seis en una sola cama, por el frío… dado el calor que nos proporcionaría el contacto de los seis, pero ninguno aprobó mi propuesta jajaja… quizá fue lo mejor.

Acordamos despertar a las 6 am, justo para ver el amanecer. Las mujeres fuimos las valientes que en medio del frío, más de 10° bajo cero, despertamos para ver el amanecer. Fue sencillamente emocionante, edificador en mi caso. Aunque hay fotos y videos del preciso momento, les juro que las palabras quedan cortas para describir la emoción vivida en ese momento.

El tours que tomamos horas más tarde fue sorprendente, conocer puntos interesantes como la Isla Incahuasi que tiene forma de pez, el arco de coral, la caminata sobre la isla, llegar a la cima para contemplar la naturaleza muy contraria al habitual calor que existe en Santa Cruz, mi ciudad, fue emocionante. Al descender nos esperaba un almuerzo, un descanso para los sedientos de conocimiento y hambrientos de aventuras. Muy necesario para una sesión de fotos, de sol quemante, de afectuoso compañerismo.

En una de las paradas, bajamos en medio de la nada… entiéndase, en medio de la blancura que irradia el Salar, hicimos las típicas fotos de ilusión óptica y en un momento de inusual sentimiento entrañable, escribí el nombre de mis mejores amigos en la palma de la mano y quedo la imagen grabada. Solo sus iniciales, como constancia de aquel viaje maravilloso, surreal, especial donde ellos estaban conmigo… en la palma de mi mano, escritos; pero grabados en el fondo de mi corazón. Después de todo la vida son dos días y uno debe recordar a quienes se lo merecen.


Al terminar el viaje, tomar la ruta de regreso fue una odisea, entre la impuntualidad e informalidad típica, la viveza criolla y todo lo que aconteció, llegamos a Potosí en la madrugada para tomar otro bus para Sucre y llegar al amanecer, de ahí compre pasajes hacia Santa Cruz con la mala suerte de tener a pocas horas un paro cívico “obligatorio” en un pueblo alejado de esta ciudad.

Agarre mi equipaje y me decidí volver a pie desde un pueblo llamado “La Guardia” para entonces me hice de un amigo… un hippie trotamundos quien me acompaño en la travesía, nos fuimos al dedo por un par de kilómetros… totalmente gratis, luego un bus de una cervecería freno para acercarnos a la ciudad, fue mi racha de buena suerte… de ese modo llegue a casi 4 cuadras cerca de mi casa, sana y salva, agradecí el acto benévolo y lleve a mi casa con el hippie trotamundos.

Hogar dulce hogar, volví a sentirme cómoda, una vez en casa… llegué con compañía y fue realmente interesante la reacción de mi familia a quienes consideraba “cerrados” dado que estaba ahí con un desconocido que a simple vista dejaba ver 3 tatuajes inmensos, pelo largo y pircings. Almorzamos y compartimos coincidencias durante el viaje, mi familia encantada y él se fue de ahí dando la razón al famoso dicho: “Es ley del cruceño la hospitalidad”.

Este es un resumen de mis últimos días, donde estuve al borde de la lagrima por distintos motivos, donde por uno en específico derrame un par de lagrimas bien lloradas… después de todo y como lo dije en alguna parte de este post… Todo importa; lo que se hace, lo que se dice, porque después de todo, la vida son dos días y hay que saber vivirlos.

Próximo viaje La Paz, este fin de semana, itinerario; conocer nuevas personas, otras charlas con nuevos amigos y si da el tiempo con viejos amores. Más momentos para meditar y reafirmar las decisiones tomadas.

13 comentarios:

Curucusí Ocurrente dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Curucusí Ocurrente dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Curucusí Ocurrente dijo...

srta escandalosa, tu travesía de dos días es una experiencia maravillosa que hace pie a nuevas aventuras y mundos trotados, ojala en mi compañía. Salud por eso je.
Un honor tener mi inicial paseandose con vos en el inverosímil salar.

abrazos ocurrentes

LOCA!!.. como tu madre dijo...

yo sólo quiero saber...dónde están mis chocolates???

jajajaj, mentira mi Escandalosa, buenísimo tu viaje...yo también quiero, el insecto aquí arriba me robó las palabras (como siempre), no llego a ver bien tu manin, pero estoy segurísima que una P esta bailando por ahí...cerquita del anular ;)
Un besote y nos estamos videando.

Teipsum dijo...

Saludos, que super, un viaje con muchos recuerdos, fotos y videos de seguro, lugares que algun dia conocere sin falta, Suerte en lo de La Paz dicen que esta HERMOSO!!!

Saludos desde mi pais de fantasias y ensueños.

Anónimo dijo...

Gracias por acompañarme/nos a hacer el viaje soñado!

Hay muchos caminos por recorrer!

Abrazos amiga querida.

pd: en el próximo trip Joup no se escapa!

Albanella dijo...

Bueno che, menudo viaje que tuviste.. tienes mi mas sana y constructiva envidia!! :)

Besos!!

Anónimo dijo...

Apareciste!!!!!!!!!!!!
Reverendo viaje amiga!!!! Me pegué a tu relato :)
Cuándo nos ponemos al día señorina? Muchos besos.

Lola... tratando de explicar a su mundo dijo...

q buena onda ese viaje...
seguro q l d La Pazn stara bueno tb
cuidese... y haber si le da una miradita a mi blog

Jair dijo...

q viajezaaaaaaaaaaaaaaaango jajaja.

utópico dijo...

wow!!! tengo una envidia que me mutila!! jajaja

me encanto tu viaje, espero que tengas miles, y miles de viajes mas. y que en todos encuentres sensaciones tan lindas como en este. suerte en La Paz city.

besos!!

Anónimo dijo...

que viaje más bueno, ME! imagino todo lo que tus ojos registraron y tu alma sintió. que bueno!
besos!

NiNoSkA NoGaLeS dijo...

me quedé pegadita al relato, que deli ese viaje!! y es que la energia, la magia que uno encuentra en el Salar es impresionante, llenan el alma no??... gracias por compartir ese pedacito de tu vida!!!
Saludos